Ayer tuvimos la oportunidad de vivirlo en primera persona en Gastrónoma 2025, gracias a la invitación de Valencia Club Cocina.
🍽️ Compartir fogones con Guillermo Micó fue mucho más que una clase de cocina: fue una experiencia donde se mezclaron técnica, ritmo, escucha, coordinación… y mucha humanidad.
A medida que avanzaba la jornada, no podía evitar conectar lo que ocurre en una cocina con lo que sucede en los equipos de trabajo:
✔️ Cada persona tiene su rol, pero el resultado depende de cómo se coordinan
✔️ La excelencia no llega por casualidad, sino por método y atención
✔️ Aprender haciendo marca la diferencia
✔️ Y, por encima de todo, cuando se cuida a las personas, el impacto se nota —en el plato y fuera de él
🧭 Esta experiencia me recordó por qué seguimos apostando por formas de aprendizaje que combinan cuerpo, mente y emoción. Porque en lo tangible también se entienden los valores: colaboración auténtica, mejora continua, humildad, disfrute y propósito compartido.
🌟 Gastrónoma fue mucho más que un evento gastronómico. Fue una forma de ver —y vivir— cómo se construyen equipos que funcionan.
Muchas gracias a Esther Bauset, Pablo Lozano, Andrea Alter y Enrique Genovés por su amabilidad, cercanía y por hacer que la experiencia fuera aún más especial.
Y al equipo de Valencia Club Cocina, por crear espacios que inspiran y transforman.
📌 ¿Has vivido alguna experiencia parecida donde la cocina (o cualquier entorno práctico) te haya ayudado a ver tu trabajo desde otra perspectiva?
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